Por qué te desilusionará la Mezquita de Córdoba

No me malinterpretes, si la Mezquita de Córdoba es una de las atracciones más populares de la ciudad, algún motivo habrá.

Es enorme. De verdad, enorme. Es casi la representación física de la historia de Andalucía y de los distintos dominios a los que ha estado sometida. Ha vivido un recorrido histórico marcado por cambios muy especiales. Es hermosa, majestuosa y rica artísticamente.

UN POCO DE HISTORIA

La Mezquita de Córdoba es un memorándum de las distintas etapas históricas andaluzas.

Desde su construcción, que se remonta a la mitad del siglo VI -período cristiano de la historia española-, ha vivido una serie de cambios relacionados a la conquista del territorio: con la llegada de las primeras comunidades musulmanas, después de haber estado dividida, se usaba como lugar de culto para ambas religiones; con el crecimiento de la población árabe fue completamente transformada en una mezquita.

Durante el período de dominación musulmana -que duró más de cuatro siglos-, continuó transformándose, con la incorporación y modificación de importantes elementos.

La Reconquista de España -que duró 750 años y terminó en 1492- devolvió esta obra de arte arquitectónica a los cristianos en el 1236.

Pero eso no interrumpió el ciclo de los cambios en su estructura.

Hoy, aun conservando algunas trazas especialmente típicas de una mezquita, es, a todos los efectos, una catedral: la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, para ser concretos.

LA ESTRUCTURA

La estructura completa se extiende en 23.000 metros cuadrados de superficie.

Se exhibe como un gran cuadrado con 19 naves y 856 columnas, coronadas con capiteles de diferentes estilo.

Presenta cinco puertas, las cinco muy bonitas: la Puerta de las Palmas, la Puerta de San Sebastián y la Puerta del Sabat dan directamente al edificio, mientras que la Puerta de Santa Catalina y la Puerta del Perdón se asoman al Patio de los Naranjos, un pequeño oasis verde lleno de palmeras, cipreses y naranjos.

El minarete, hoy campanil, no está orientado hacia La Meca (al sudeste), sino completamente hacia el sur. Esto es así porque Abderramán III -según cuenta la leyenda-, nostálgico de la ciudad de Damasco de la que había sido expulsado por los abasíes, quiso orientar a propósito el miḥrāb de la Mezquita de Córdoba en la misma dirección de la de Damasco.

LA IMPORTANCIA Y LOS RECONOCIMIENTOS

La Mezquita-Catedral de Córdoba es Monumento Nacional desde 1882. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984, y en junio de 2014 ha sido nombrada -también según los criterios de la UNESCO- Bien de Valor Universal Excepcional, gracias a que con su uso religioso ha podido conservarse en el tiempo.

POR QUÉ ME HA DESILUSIONADO

Tengo que hacer presente que la desilusión derivada de la visita a la Mezquita de Córdoba no le quita ningún valor a la importancia y a la inmensidad de este monumento. Es algo sorprendente, de verdad.

Pero hay algunos aspectos que, desgraciadamente, han rebajado mi entusiasmo, probablemente por las grandes expectativas que me había creado.

DEMASIADO

La mezcolanza de estilos arquitectónicos de carácter religioso, si bien hace de este lugar algo único en su género, le quita mucho encanto. Visitar una mezquita en la que hay presentes objetos sagrados para el cristianismo y en la que se erigen altares y crucifijos no es, en mi opinión, el colmo de la fascinación.

DEMASIADO OSCURO

Siendo una superficie realmente vasta, la luz natural ilumina una parte mínima. Y esto impide que se puedan apreciar por completo todos los aspectos. Y que se puedan hacer fácilmente fotografías aceptables.

DEMASIADO CARO

Diez euros completos por el ingreso y un pequeño folleto informativo. Ninguna explicación extra, nada de descuentos para estudiantes, solamente una pequeña reducción en el precio para niños y minusválidos.