Hay muchas cosas que no te puedes perder en Marrakech. Corazón de Marruecos, es una de esas metas que te dejan al mismo tiempo sin aliento y con una inmensa carga de energía. Para sumergirte hasta el fondo en el encanto de las tradiciones marroquíes, te aconsejo tres cosas que, a mi entender, no puedes dejar de hacer si quieres vivir por completo la magia de las tradiciones del lugar.
ALOJARTE EN UN RIAD
Una de las cosas que no te puedes perder en Marrakech, entre las más tradicionales para hacer, es alojarte en un riad, la típica residencia marroquí con un patio interior. Es muy importante elegir con atención porque, aunque todos sean muy bonitos, no todos están completamente equipados para turistas. De todos modos, en la medina de Marrakech hay verdaderamente un gran número de opciones entre los muchísimos riad diferentes en cuanto a dimensiones, calidad y tipo de gestión.
Durante mi viaje a Marrakech he elegido un riad muy típico, dirigido por una familia de la zona, que no es que fuera una excelencia turística pero en la que de todos modos me he encontrado bastante bien. Durante mi estancia el riad no ha estado nunca lleno de huéspedes y esto me ha permitido vivir en completa tranquilidad el lugar y asistir a una celebración muy típica: el retorno de La Meca del hijo del propietario, celebrada en familia con grandes comidas, músicas y bailes típicos. Esta es una fiesta muy importante para los marroquíes religiosos, y ha sido un momento inolvidable en mi viaje.
PERDERSE EN UN ZOCO
Los zocos de Marrakech son tan coloridos y llenos de gente que te dejarán casi sin palabras. Lo mejor que puedes hacer es olvidar el tiempo y gozar por completo de la singularidad de estos lugares. ¡E ir de compras, obviamente! Donde quiera que se pose tu mirada encontrarás lámparas, alfombras, espejos, babuchas y alpargatas, bolsos, bisutería y muchísimo más. Compra todo lo que quieras (los objetos en venta son muy típicos y seguro que económicos), pero no olvides regatear el precio: es casi un deber cultural en los zocos y en todas las actividades comerciales de Marruecos.
UNA CENA EN EN LA PLAZA JEMAA EL FNA
La plaza Jemaa el Fna es el corazón de la ciudad y, sin duda, una de las cosas que no te puedes perder en Marrakech. Desde la caída del sol es invadida de gente y se convierte en brillante, ruidosa y llena hasta el límite del máximo. Pero es uno de esos lugares que puedes evitar, no solo porque es el centro de la vida de Marrakech, sino también porque allí es donde puedes probar la verdadera comida local. Elige entre los numerosísimos puestos de comida callejera el que prefieras, siéntate en una de los muchos bancos y mánchate las manos de comida. Es un momento que no puedes evitar si de verdad quieres vivir el auténtico ambiente del lugar.
UNA VISITA AL JARDÍN MAJORELLE
No todos saben que fuera de las murallas de la medina de Marrakech hay un pequeño paraíso
natural, el Jardín Majorelle. Por más que sea una meta, en mi opinión, demasiado turística, después de haber estado no podría no aconsejártela.
El pintor francés Jacques Majorelle ha dedicado cuarenta años a la creación de este jardín, que es una mezcla encantadora de arte, naturaleza y tradiciones. Además de gozar de los maravillosos jardines y de las colecciones de plantas exóticas, puedes visitar el Museo Bereber, la Love Gallery, la Boutique Majorelle y el memorial a Yves Saint-Laurent. De hecho, el estilista se ha inspirado mucho en el jardín Majorelle y en 1980, junto a su compañero sentimental Pierre Bergé, ha adquirido el complejo entero, en el que ha transcurrido el resto de su vida.
Es un pequeño oasis de paz que no te puedes perder si quieres disfrutar de un poco de relax durante tu viaje.
Marrakech es un destino casi de sueño: es rica en historia, arte, naturaleza y cultura. Te aconsejo disfrutarla hasta el fondo, de modo que puedas apreciar la auténtica belleza y, por qué no, volver en el futuro.
Traducción a cargo de Jaime Castro García, de Enlibrado.
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