¿Se puede viajar sin salir de casa? Literalmente es imposible, pero a través de los libros se pueden vivir experiencias increíbles, visitar países insólitos o incluso descubrir mundos imaginarios. En vez de pasaportes y reservas de hoteles, lo que cuenta es la habilidad del escritor y tu imaginación como lector; y algún marcapáginas, claro.
¿Y qué sucede si unimos literatura y periodismo? Que nace un género tan valioso como el Periodismo Narrativo, Nuevo Periodismo, Periodismo Literario, o como se le quiera llamar, al que pertenecen las 21 crónicas que se congregan en Mejor que ficción – Crónicas ejemplares (editorial Anagrama, 2012), un volumen editado por Jorge Carrión.
El estilo
El valor del periodismo literario estriba en contar una realidad de manera cautivadora. Además de ser hispanohablantes, lo que tienen en común los periodistas de Mejor que ficción es el reconocimiento de que la objetividad, como término puro, es algo imposible de conseguir. Con esta conciencia, se lanzan a contar de la forma más honesta posible y aprovechan la gracia de su pluma para narrar un año catastrófico en la vida de Haití, el asesinato por parte de la policía de un joven ladrón argentino transformado luego en mártir popular o el sufrimiento de las miles de familias secuestradas en Colombia durante los años más duros de la guerrilla de las FARC.
Los lugares
Gracias a este volumen podremos viajar de Tokio a La Habana, desde Santiago de Chile hasta Praga; pero no viajar para hacer simplemente turismo, sino para vivir las problemáticas de estos lugares que los periodistas han documentado de primera mano y denunciado, y a los que no en vano Jorge Carrión llama «hijos y nietos» de mitos del género del Nuevo Periodismo como Truman Capote, Gabriel García Márquez o Hunter S. Thompson.
La estructura
Además, las 21 crónicas que Carrión ha decidido incluir en el volumen están precedidas del contexto y la historia en las que nace y se desarrolla este género de no ficción, mientras que cierra el libro un «diccionario abreviado de cronistas hispanoamericanos» que nombra más de 400 autores junto a sus principales obras. En resumen, un volumen imprescindible para los apasionados de la literatura de viajes.
«Una obra documental no puede existir sin una corriente de empatía. Es imposible ponerse en el lugar del otro: pero sí hay que acercarse lo más posible (…). Por eso, la literatura de viajes es el gran modelo narrativo del periodismo y del resto de disciplinas modernas que, como la antropología y la psicología, hacen de la escritura del diálogo con el otro su piedra de toque. La misma tensión que encontramos entre el viajero y el nativo caracteriza la relación entre el cronista y su entrevistado o informante». (pág. 16)
Reseña originalmente publicada en Enlibrado
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