Capital de la moda, del diseño y de lo fashion, además de (reconozcámoslo) demasiado lujosa a veces, Milán es una de esas ciudades que se deja explorar en una jornada sin muchos sacrificios. Claro, tener algún día más a disposición es siempre preferible, tanto para hacer las cosas con calma como para vivir más a fondo la ciudad.

Si te encuentras por esta zona y no tienes muchísimo tiempo disponible, hay tres factores que te ayudarán a descubrir Milán en un día: la ciudad no es grandísima (uno), las atracciones principales, por suerte en este caso, no son muchas (dos), y los medios de transporte público funcionan muy, muy bien.

Si sigues mi blog, sabrás que no amo los itinerarios turísticos, más bien al contrario, lo que me divierte de verdad es explorar las perlas escondidas de una ciudad. Si, en cambio, es la primera vez que visitas Milán, hay algunas cosas que no te puedes perder en absoluto. Te hablaré también de estas últimas, aunque citando solo las que a mi entender se lo merecen verdaderamente. Por lo demás, encontrarás algunas cosas un poco fuera de lo común, otras normalísimas y algún que otro consejo práctico entre líneas.

¿Comenzamos? 🙂

 

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El Duomo, verdadero protagonista de Milán

Hay una cosa que debes sabes saber antes de llegar a esta ciudad: no puedes visitar Milán y no entrar en el Duomo. Es el verdadero protagonista de la ciudad.

Esto, junto a su inmensa belleza, es motivo de atracción de la turba de turistas. Por eso, si quieres un consejo, comienza desde aquí tu tour de Milán en un día, y hazlo por la mañana temprano, justamente para evitar perder demasiado tiempo haciendo cola.

La visita al Duomo prevé diferentes “sectores”: la Catedral, el grande Museo del Duomo, el Área Arqueológica y las terrazas. Según lo que quieras visitar, cambian los horarios de apertura y los precios de las entradas.

Pero si quieres conseguir explorar Milán en un día, te aconsejo elegir la opción más “reducida”: con la entrada de 3 euros tendrás acceso a la Catedral, al Museo del Duomo y a la Iglesia de San Gottardo in Corte, y podrás decidir tú mismo si visitar los tres lugares o no.

Si quieres información sobre los otros tipos de entrada y los horarios, consulta la página oficial duomomilano.

 

 

La Galería Vittorio Emanuele II, salón de la ciudad

Terminada la visita al Duomo, es el momento justo de dar un salto hasta la Galería Vittorio Emanuele II, justamente enfrente. Esta enorme y elegante construcción que se remonta a finales del siglo XIX ha sido, y es aún hoy, el salón de la ciudad.

Las curiosidades y las anécdotas sobre la galería no faltan. ¿Sabías, por ejemplo, que todos los rótulos de las tiendas deben tener (por ley) las letras de color dorado sobre un fondo negro? ¿O que en el espacio bajo la cúpula las cuatro paredes culminan, en alto, con pinturas que representan los continentes? ¿O, incluso, que puedes llamar a la buena suerte clavando el talón en los genitales de un pobre toro representado en el pavimento y girando tres veces sobre ti mismo? 🙂

 

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Galleria Milano

 

Milano Galleria

 

El encanto de lo macabro en la Iglesia de San Bernardino alle Ossa

No muy lejos del Duomo, en la Plaza de Santo Stefano, se encuentra la Iglesia de San Bernardino alle Ossa. Como sugiere el nombre, esta iglesia alberga un osario. Pero no un osario cualquiera.

Una sala entera, cerrada, cuyas paredes están completamente recubiertas de huesos y cráneos, a excepción del espacio dedicado al altar y la bóveda con frescos. Los huesos presentes en la sala provienen, en parte, de un antiguo osario, y en parte, de los cementerios que se cerraron después de la clausura del hospital local a mitad del siglo XVII.

Pero bueno, por muy macabro que pueda parecer, ¿de verdad quieres perderte un lugar de este tipo en Milán? 🙂

El ingreso es gratuito y toda la información práctica la encuentras en la página web del santuario.

 

Milano ossario

 

La Basílica de San Ambrosio, reina silenciosa de Milán

Es una de las iglesias más antiguas de Milán y, en mi opinión, la más bonita.

La Basílica de San Ambrosio es considerada la segunda iglesia más importante de la ciudad, ya que tuvo un rol crucial en la historia milanesa. A pesar de esto, mantiene una apariencia bastante discreta, luciendo sus materiales pobres e imponiendo su belleza casi silenciosamente.

El pequeño patio que te acompaña hasta el ingreso es el lugar ideal para sentarte y recuperar el aliento, admirando mientras los pórticos y las antiguas columnas que crean graciosos juegos de perspectiva. También en el interior de la iglesia hay mucho que admirar: las naves y el altar mayor, la cripta y los órganos, los frescos y las estatuas repletas de fascinantes simbologías.

En la página web de la Basílica de San Ambrosio puedes encontrar toda la información útil para organizar tu visita.

 

 

Milano Basilica Sant'Ambrogio

 

 

El mirador de Palazzo Lombardia, una vista imponente sobre la ciudad

El Palazzo Lombardia se encuentra en la zona norte de la ciudad, cerca del Rascacielos Pirelli y del Bosque Vertical; no a dos pasos del centro precisamente, así que te aconsejo llegar a él con los medios de transporte público de Milán, que son verdaderamente eficientes.

Desde el último piso de este rascacielos (uno de los más altos de Milán) se puede admirar la ciudad entera con una perspectiva de 360 grados que te deja sin aliento.

Pero presta atención: ¡el mirador de Palazzo Lombardia está abierto al público solo los domingos! De todos modos, te aconsejo consultar la página web oficial para novedades y actualizaciones sobre los horarios.

 

 

Los navigli, un ángulo de encanto retro

Quien no vive en Milán subestima la belleza de esta zona de la ciudad adornada por los navigli, pequeños canales que corren, silenciosos, y que tienen un encanto propio, verdaderamente difícil de describir con palabras.

Es justamente aquí donde te aconsejo concluir tu jornada en Milán, quizá al atardecer, saboreando un aperitivo sentado en la mesita de uno de los muchos bares o simplemente disfrutando de un paseo por la orilla del canal grande. No hacen falta, de hecho, grandes artificios para apreciar este ángulo de Milán: los pequeños bares, los bistrot, los floristas, las numerosas librerías y las tiendecitas de arte y antigüedades dan a los navigli una atmósfera poética, casi retro, y te parecerá estar paseando por una verdadera película basada en otros tiempos

 

 

 

Milano Navigli

 

Explorar Milán en un día, además de ser absolutamente factible, es una experiencia que te aconsejo hacer como un primer acercamiento, para comenzar a tener confianza con la ciudad. Porque Milán es así: se esconde en una monotonía aparente y, cuando menos te lo esperas, te topas con una de sus bellezas a la vuelta de la esquina. ¡Y te deja con la boca abierta!

 

Traducción a cargo de Jaime Castro García, de Enlibrado.

 

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Milan en un dia

 

 

 

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Chi è l'autore

Escritora de profesión, viajera por pasión (y viceversa), amo explorar lugares nuevos y sumergirme en culturas diferentes, llevando alrededor del mundo mi espíritu meridional.