Budapest es una ciudad inesperadamente grande, sorprendentemente bonita y riquísima de cosas para hacer.

Aunque las mayores atracciones turísticas se concentren en Pest (la parte de la ciudad al este del Danubio), Buda (al otro lado del río) esconde una serie de tesoros que dan a la ciudad gran parte de su encanto. Más allá de la colina y su castillo, esta zona de Budapest ofrece actividades y lugares insólitos que a menudo pasan desapercibidos a los ojos de los visitantes, pero que yo he descubierto, experimentado y ampliamente documentado. 🙂

Veamos juntos, por tanto, 4 cosas insólitas para hacer en Buda.

 

1. Beber aguas termales

Entre las cosas para hacer en Buda, esta es seguro la más insólita. Si bien todos conocen los celebérrimos baños termales de Budapest, no todos saben que las aguas termales transmiten el máximo de sus propiedades benéficas si se beben. Me corrijo: son los turistas quienes no lo saben; los habitantes de Budapest, en cambio, lo saben de sobra. Por esto existe un lugar, a los pies del monte Gellért, en el que la gente del lugar se dirige con sus bidones vacíos y paga una suma verdaderamente irrisoria para llenarlos de un agua tibia y hedionda! 🙂

 

 

 

Bromas aparte, la de beber aguas termales es una costumbre muy difusa en Budapest, y también tú deberías probarla al menos una vez porque, más allá del olor nauseabundo (lo sé, es difícil imaginar poder beber agua termal, pero te aseguro que en realidad es mucho más simple y natural de lo que parece) los beneficios son muchos y, además, una experiencia que difícilmente se te presentará en otro lugar.

Vayamos al grano. El lugar en cuestión se llama Rudas Ivocsarnok, se encuentra justo al final del puente Elizabeth (del lado de Buda obviamente) y está abierto los lunes, miércoles y viernes de las 11 a las 18, y los martes y jueves de las 7 a las 14.

Puedes llevar tu botella vacía y hacértela llenar de uno de los tres tipos de agua termal a disposición. O también puedes pedir un vaso para bebértelo en el mismo sitio (en este caso te aconsejo no dejarte llevar por el entusiasmo y pedir la dosis mínima).

Los precios son verdaderamente irrisorios: 40 forintos por un vaso de 0,30 litros (0,15 euros), 60 forintos por 0,5 litros (0,20 euros) y 90 forintos por 1 litro (0,30 euro).

 

 

2. Usar una barca como medio de transporte público

Sí, has leído bien. No hay necesidad alguna de pagar una fortuna para dar una vuelta en barca por el Danubio. Puedes perfectamente vivir la experiencia pagando el precio de un billete de autobús. Por supuesto, no te servirán champán como bienvenida, pero vale la pena de todos modos.

Las embarcaciones disponibles para el transporte público son tres (D11, D12 y D14) y tienen diferentes paradas, tanto por la orilla de Buda como por la de Pest. Si quieres información más detallada te aconsejo visitar la página oficial de la compañía BKK y descargarte el mapa de las líneas de barcos públicos.

 

 

3. Visitar una iglesia dentro de una cueva

Tanto si eres una persona de turismo religioso como si no, te aconsejo vivamente dedicar una visita a este sitio, que es verdaderamente único en su género y muy, muy sugerente. Ya sea por el paisaje circundante, que se enfrenta a la majestuosidad del Monte Gellért asomándose sobre las aguas del Danubio, por el interior de la iglesia, enteramente excavada en una gruta, o por la antigua historia que tiene detrás.

 

 

Esta pequeña iglesia está abierta de 9:30 a 19:30, y para la visita se necesita comprar un billete de 600 forintos (2 euros). A no ser que estés interesado en asistir a una misa. En este caso la entrada es gratis y los horarios de las mismas son los siguientes:

  • días laborables a las 8:30, 17, 20 horas.
  • días festivos a las 8:30, 11, 17, 20 horas.

 

 

4. Coger un funicular

El funicular del Castillo de Buda (Budavári Sikló) es el segundo más antiguo del mundo. Construido en 1870 a partir del ejemplo de Lyon, tenía el objetivo de hacer más fácil y veloz el acceso a la colina (sobre la que se encontraban el Teatro del Castillo y varios ministerios) además de ser el único medio público para llegar a ella.

 

 

Hoy en día el funicular sigue siendo un medio decididamente particular y vintage para llegar hasta la colina de Buda. Un viaje en funicular es obligatorio tanto si quieres evitar la larga escalinata que hay que recorrer a pie para subir al castillo como si quieres disfrutar de unas vistas maravillosas en movimiento. Para más información sobre el funicular visita la página web oficial.

 

 

El funicular de Budapest está abierto todos los días desde las 7:30 hasta las 22, el billete de un solo viaje cuesta 1.200 forintos (alrededor de 4 euros), mientras el de ida y vuelta vale 1.800 forintos (6 euros).

 

Buda es una zona verdaderamente fascinante de la ciudad, y, si tengo que ser sincera, es quizá la parte que me ha sorprendido más. Es una pena que no todos puedan juzgar su belleza porque, en mi opinión, se merece muchos halagos.

Te doy un consejo extra: para apreciar al máximo el increíble encanto de Buda, dedícale un paseo por la noche: desde Pest atraviesa el Puente de las Cadenas y bordea el Danubio hasta la altura del edificio del Parlamento. Verás cuánta magia tiene para ofrecerte esta zona de la ciudad.

Y si estás buscando un hotel en el que alojarte en Buda, lee el post sobre el art’otel budapest.

 

Traducción a cargo de Jaime Castro García, de Enlibrado.

 

Follow my blog on Bloglovin

 

avatar
Chi è l'autore

Escritora de profesión, viajera por pasión (y viceversa), amo explorar lugares nuevos y sumergirme en culturas diferentes, llevando alrededor del mundo mi espíritu meridional.